En los últimos años ha surgido una tendencia en interiorismo y decoración con mucha fuerza, y ha llegado para quedarse -afortunadamente-. Estamos hablando del uso de materiales naturales, como parte del auge de la preocupación por la sostenibilidad y del gusto por lo artesanal y lo puro.
Por ello, hoy queremos traerte una pequeña selección, fácil de recordar, de los que para nosotros son los elementos para la decoración del hogar más destacados en la actualidad por sus prestaciones, versatilidad e impacto en el medio ambiente, y que pueden aportar un plus en un espacio elegante y sofisticado.
Los tres materiales imprescindibles
Dentro del amplio abanico de materiales de origen natural disponibles en el mercado, hemos querido seleccionar estos tres, acaso los más completos.
Si te preocupa cómo encajarán con tu línea decorativa, tanto si lo tuyo es el shabby chic como si te apasiona el estilo industrial, estos materiales logran acoplarse a la perfección en multitud de ambientes en función de una cuidada presentación.
Corcho
Este material procede de la corteza del alcornoque y se produce principalmente en Portugal y en España. Se retira del árbol sin perjudicarlo, y es reciclable y reutilizable.
Sus ventajas como componente constructivo son innumerables:
Es ligero y elástico, lo que permite trabajarlo y transportarlo con facilidad.
Es muy duradero, gracias a su gran resistencia a los factores ambientales, como la humedad.
Por ese mismo motivo es un excelente material aislante, tanto térmico como acústico.
Es, además, incombustible.
Y, por si fuera poco lo anterior, gracias a su contenido en suberina funciona como repelente contra los insectos.
Esa accesibilidad a la hora de tratarlo, permite también que el corcho aparezca en forma de numerosos objetos decorativos o mobiliario, como se puede ver en algunos de los diseños de Jasper Morrison.
Lino
La fibra de lino se procesa a partir del tallo de la planta con el mismo nombre. Desde el proceso de extracción hasta la fabricación de los tejidos, el impacto ambiental es muy reducido, pues no genera residuos y apenas se emplea el uso de agentes químicos.
De muchos es conocida su aplicación para las prendas de vestir corporales más veraniegas, pero cuenta también con un sinfín de propiedades para la decoración de interiores que lo convierten en el tejido orgánico de moda -aunque se viene empleando desde el antiguo Egipto-.
Entre las más importantes están las siguientes:
Como material de origen natural, es biodegradable, reutilizable y reciclable.
De caída elegante, es agradable a la vista por sus tonos originales cálidos y suave al tacto.
En verano es ideal para emplearlo en la ropa de cama y para el tapizado de sofás o sillones, gracias a la absorción de hasta el 20% del agua que se deposita en su tejido; y también, por ser transpirable, fresco y cómodo.
Es muy resistente -el doble que el algodón- y mantiene la pigmentación durante mucho tiempo.
Es antibacterial.
El lino se puede emplear en cualquier lugar donde se precise de un tejido, desde las cortinas -gracias a su grado de transparencia permite tamizar la luz solar- hasta las pantallas de las lámparas, pasando por mantelería o cojines.
Bambú
El uso de esta materia prima en arquitectura y decoración se ha extendido mucho en los últimos años en los países occidentales -no productores-. Es también conocido como "el acero vegetal" por tener la propiedad de ser muy resistente, pese a su apariencia ligera.
Sus cualidades ecológicas también hacen de el un material imprescindible para luchar contra el cambio climático puesto que, por ejemplo, su rápido crecimiento -se cosecha pasados 5 años- y su capacidad de regeneración de forma casi indefinida evitan la deforestación. A su vez, absorbe y produce más oxígeno que otros árboles leñosos.
Además de estas características, tiene muchas otras:
A su resistencia se une su gran durabilidad, que lo hace apto para los solados.
Es una madera estética y elegante.
Puede funcionar como aislante térmico.
Gracias a su particular morfología, puede tener numerosas aplicaciones en la parte estructural de los edificios.
Es, como el lino, antibacterial -esto ha permitido que se hagan incluso cepillos de dientes con este material-.
Como se puede comprobar, tiene también una gran versatilidad, y en cuestión de muebles y objetos de decoración las opciones son casi ilimitadas, pues nos podemos encontrar hechos de este material desde luminarias hasta cubertería o vajillas.
Apostar por estas u otras opciones que nos ofrece el mercado son una forma excelente de contribuir desde nuestro hogar con el cuidado de nuestra 'casa común', sin perder un ápice -más bien al contrario- de elegancia o estilo y, en cualquier caso, de estar a la vanguardia en tendencias de arquitectura e interiorismo.
*Fuentes (páginas web): AD, El Mueble, Hola!, Escuela Madrileña de Decoración, Arquitectura Sostenible
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